Introducción
Los problemas respiratorios son una de las principales amenazas que afectan a la producción porcina. Su presencia en las explotaciones conduce a un descenso marcado de la productividad, causado por elevadas mortalidades, altas inversiones en tratamientos y retrasos en el crecimiento de los animales. En este contexto, las micotoxinas, metabolitos tóxicos producidos por diferentes tipos de hongos, generan efectos perjudiciales en los cerdos que suponen un aumento en la incidencia de este tipo de procesos.
Inmunotoxicidad
Las micotoxinas más prevalentes, como la aflatoxina B1 (AFB1), la ocratoxina A (OTA), el deoxinivalenol (DON), la toxina T-2 (T-2), la fumonisina B1 (FB1) y la zearalenona (ZEA), se de describir el efecto de estos compuestos sobre por su efecto inmunosupresor en los animales. Sin embargo, la forma más correcta de describir el efecto de estos compuestos sobre el sistema inmune es efecto imunotóxico. Esto es así, ya que, además de presentar un efecto inmunosupresor, estos compuestos también pueden generar un efecto inmunoestimulante (Sun et al., 2022).
Comúnmente conocido, este efecto inmunosupresor de las micotoxinas aumenta la susceptibilidad de los animales a padecer enfermedades. Por otro lado, esta capacidad inmunoestimulante, también afecta de forma negativa a la salud de los mismos, pero, en este caso, induciendo reacciones inflamatorias exageradas que pueden afectar a diferentes órganos vitales (Sun et al., 2022).
En cualquier caso, el efecto a nivel inmunológico de las micotoxinas, hace al ganado, y, en concreto, al ganado porcino, especialmente susceptible a sufrir infecciones tanto de origen bacteriano como vírico. Es por ello que su presencia en el alimento aumenta la incidencia de problemas de carácter respiratorio en este tipo de animales.

Estudios in vivo han reportado una mayor incidencia del virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS), a causa de la exposición de los animales a FB1. La presencia de esta micotoxina en el pienso también se ha asociado con una mayor prevalencia de bacterias propias de procesos respiratorios, como son Mycoplasma hyopneumoniae, causante de la neumonía enzoótica porcina; Bordetella bronchiseptica, propia de la bordetelosis; o Pasteurella multocida, causante de la pasteurelosis (Antonissen et al., 2014).
Edema pulmonar porcino

El grupo de micotoxinas mayormente implicado en el desarrollo de patologías respiratorias en la especie porcina, son las fumonisinas. Estos compuestos son considerados causa principal del síndrome de edema pulmonar porcino (Zeebone et al., 2022).
Este es un síndrome caracterizado por generar en los animales síntomas graves de tipo respiratorio. Por ejemplo distrés respiratorio marcado, acompañado de apatía y postración, esfuerzo abdominal y respiraciones orales. Llegando en ocasiones a causar la muerte del animal (Haschek et al., 2021; Mallmann et al., 2007).
Las fumonisinas también afectan al sistema cardiovascular de la especie porcina. Estas sustancias alteran el metabolismo lipídico de los animales, inhibiendo la síntesis de la ceramida sintetasa, y, con ello, la síntesis de esfingolípidos. De esta forma se produce un aumento de bases esfingoideas en sangre, el cual se relaciona tanto con la alteración de la contractibilidad cardíaca, como con un aumento de la permeabilidad vascular, posibles causas ambas de edema pulmonar (Haschek et al., 2021; Smith et al., 1996).
Conclusión
La especie porcina se sitúan entre las más susceptibles al efecto de las micotoxinas. Además, la incidencia de enfermedades respiratorias en esta amenaza a la productividad de las explotaciones. Es por ello, que se debe frenar el efecto de las micotoxinas en el ganado porcino, evitando que contribuyan en el desarrollo de patologías respiratorias, ya sea a través de su efecto inmunotóxico o de forma directa.