ANÁLISIS DE MICOTOXINAS: UN DESAFÍO COMPLEJO Y ESENCIAL EN ALIMENTACIÓN ANIMAL

La cuantificación de micotoxinas en piensos y materias primas es extremadamente difícil debido a que se encuentran en muy bajas concentraciones

Las micotoxinas son metabolitos tóxicos secundarios producidos por especies fúngicas que contaminan alimentos y piensos. La creciente influencia de las micotoxinas en todo el mundo es un problema inevitable con un impacto negativo tanto en la salud animal como en la humana. La obligación del cumplimiento de los límites reglamentarios requiere del desarrollo de técnicas analíticas altamente efectivas para detectar, identificar y cuantificar estos compuestos en alimentos y materias primas.

Hoy en día, la cromatografía líquida de alta eficacia (HPLC) es una de las técnicas más utilizadas en cuanto al enfoque de la determinación de micotoxinas debido a su alta fiabilidad y sensibilidad, pero también existen, y cada vez más, “kits” rápidos disponibles en el mercado diseñados según su finalidad y aplicabilidad.  

Debe tenerse en cuenta que, independientemente del método de análisis seleccionado, un parámetro decisivo para el control de las micotoxinas es la gran heterogeneidad que presentan en su distribución dentro de una misma muestra. Por este motivo, el muestreo se convierte en una de las etapas más importantes para llevar a cabo un análisis de micotoxinas fiable. Esto se debe a que las micotoxinas se distribuyen de manera desigual en el producto, lo que dificulta aún más conseguir análisis representativos y fiables. 

Métodos de análisis de micotoxinas

Para el análisis de micotoxinas se han desarrollado una gran variedad de métodos analíticos. Estos pueden clasificarse en dos grupos principales: métodos cromatográficos y métodos rápidos. 

Métodos cromatográficos (HPLC-MS)

Es un hecho probado que lo más habitual en los alimentos y materias primas es que exista contaminación múltiple por distintas micotoxinas y en bajas concentraciones. Mediante el uso de métodos cromatográficos, y en concreto con HPLC-MS (cromatografía líquida de alta eficacia acoplada a un detector de espectrometría de masas), es posible la identificación y cuantificación simultánea de distintas micotoxinas en muestras complejas y a muy bajas concentraciones.  Siguiendo estos pasos:

Inicialmente se debe preparar la muestra para dejarla en las condiciones idóneas para poder trabajar. Esta etapa puede implicar procesos de liofilización, trituración, y tamización, entre otros.  

Una vez la muestra está preparada, se inicia la etapa de extracción seguida de la etapa de purificación. Estas etapas consisten en extraer las micotoxinas de la muestra, mediante distintos procesos y solventes (orgánicos y acuosos), y posteriormente purificar la muestra, de tal manera que se obtenga un extracto lo más puro posible para poder analizarlo (Amelin et al., 2013).  

Normalmente estas dos últimas etapas del proceso analítico suelen ser las más complejas, pues debido a la complejidad de las muestras es necesaria una buena optimización de los parámetros implicados para poder obtener un método analítico robusto y preciso. 

Finalmente, la muestra es inyectada en el equipo con todos los parámetros optimizados. 

El método de análisis de HPLC-MS es el más fiable y sensible para la detección y cuantificación de micotoxinas en muestras de alimento y/o materias primas. Además, todas estas técnicas están totalmente automatizadas y se realizan en laboratorios altamente especializados. Por otro lado, aunque estos métodos proporcionan resultados completos y fiables, son análisis relativamente caros y que precisan de equipos y personal cualificado

Métodos rápidos

Este grupo de métodos permite realizar análisis rápidos y con poco requerimiento instrumental. Principalmente se basan en técnicas de inmunodetección y suelen ser muy útiles para hacer el cribado en las fábricas de pienso que permiten analizar un gran número de muestras.  

Entre ellos encontramos el método cuantitativo ELISA (Enzyme-Linked ImmunoSorbent Assay) por su acrónimo en inglés. Este método se basa en la detección de un antígeno inmovilizado sobre una fase sólida mediante un anticuerpo que, mediante una enzima, producen una reacción cuyo producto puede ser medido espectrofotométricamente, por ejemplo. Esta técnica es versátil, robusta, simple y emplea reactivos económicos. 

Otra técnica de inmunoensayo es la prueba de flujo lateral (LFT, lateral flow test) o prueba inmunocromatográfica en tiras para la detección cuantitativa de micotoxinas.  

Esta técnica implica la adición del extracto de la muestra a una disolución tampón y la solución resultante se añade a una tira de prueba de flujo lateral. Esta tira se incuba durante un corto período de tiempo y se lee utilizando un dispositivo lector de viaje. 

Estos métodos son fáciles, baratos y los resultados se obtienen en un breve espacio de tiempo. Además, no se precisa de personal especializado para su uso. Aun así, estas técnicas necesitan de un análisis posterior mediante HPLC-MS para su confirmación ya que, según la matriz analizada los inmunoensayos pueden dar resultados poco precisos y/o no fiables (Kolossova et al., 2009).