Micotoxinas y hongos: Alternaria

Introducción

       El género Alternaria es un grupo de hongos ampliamente distribuido en el medio ambiente, que abarca más de 250 especies conocidas. Pueden habitar en el suelo, actuar como saprótrofos (descomponiendo materia orgánica), vivir como endófitos dentro de plantas, causar alergias y micosis en humanos, e incluso ser patógenos de cultivos agrícolas de gran importancia económica (Fernández Pinto et al., 2017).

       Muchas especies de Alternaria afectan cultivos clave para la alimentación animal como el trigo, el maíz, el cacahuate, el sorgo, la cebada y la alfalfa, entre otros. Su capacidad para colonizar estos cultivos disminuye el rendimiento y provoca pérdidas significativas durante el transporte y almacenamiento de productos vegetales como granos y semillas. Estas especies de hongos pueden generar enmohecimientos severos en frutos, comprometiendo su calidad comercial y la seguridad alimentaria.

       Los hongos de Alternaria suelen formar colonias de crecimiento rápido con colores que varían entre negro, oliváceo-negro y grisáceo. Su textura puede ser aterciopelada o flocosa. Uno de los problemas más conocidos asociados a este género, es su papel como agente causal de la «punta negra» en cereales de grano pequeño, como el trigo. Una enfermedad que afecta tanto la calidad visual como la seguridad del producto final.

Figura 1. a) Colonia de Alternaria alternata b) Semillas de trigo duro con síntomas de punta negra

Morfología de la Alternaria

  Desde un punto de vista morfológico, las especies de Alternaria se caracterizan por producir estructuras específicas:

Conidióforos

  • Son estructuras de soporte que presentan una pigmentación más oscura en comparación con las hifas.
  • Pueden encontrarse de forma aislada o agrupada, a menudo compartiendo una base común.
  • Crecen en su extremo (crecimiento acroauxico) y de manera simpodial, lo que les da una apariencia doblada en forma de codo.
  • Generalmente no presentan ramificaciones, aunque en algunos casos pueden desarrollar una o pocas ramas laterales.

Conidios

  • Son estructuras reproductivas que se forman mediante un proceso llamado enteroblástico, en el cual emergen a través de poros en la pared del conidióforo.
  • Pueden disponerse en cadenas acrópetas (orden ascendente) o aparecer de manera individual en la punta del conidióforo.
  • Su forma varía entre subesferoidal, ovoide y elipsoidal, y presentan septos tanto transversales como longitudinales, lo que los clasifica como dictioconidios.
  • Su color oscuro les da el nombre de feoconidios, y la célula apical (o «pico») puede adoptar distintas formas, desde completamente ausente hasta estructuras filamentosas o romas.

Figura 2. a) Imagen microscópica de Alternaria alternata conidia (fuente de la fotografia: Abdulghafour, Wikimedia).b) Morfología Alternaria alternata: conidios ovales o cilíndricos, conidióforo corto geniculado. Tomado y adaptado de Simmons (2007).

Proliferación de Alternaria y condiciones óptimas para su crecimiento

       Las especies del hongo Alternaria genera importantes pérdidas económicas durante el transporte y almacenamiento de productos vegetales como granos y semillas, además de alterar el rendimiento de los cultivos. Este hongo prospera en condiciones cálidas y húmedas, alcanzando su máxima actividad al final del verano y principios del otoño (Hernandez-Ramirez et al., 2021).

       El crecimiento óptimo ocurre en temperaturas entre 20-25°C, pero puede desarrollarse en un rango más amplio, entre 1 y 35°C, y en niveles de pH de 2.5 a 10. Para su desarrollo, requiere un nivel mínimo de actividad de agua (aw) de 0.85.

El impacto de las micotoxinas de Alternaria

       Además de su impacto económico en la agricultura, algunas especies de Alternaria producen micotoxinas, compuestos secundarios con efectos adversos sobre la salud humana y animal. Por sus características y su influencia en múltiples áreas, desde la agricultura hasta la salud pública, el estudio y manejo de Alternaria resulta esencial para minimizar sus efectos negativos y garantizar alimentos más seguros.

       Las especies de Alternaria producen más de 70 metabolitos secundarios, algunos de los cuales son micotoxinas perjudiciales para humanos y animales. Estas toxinas se han detectado en diversas frutas, verduras y alimentos procesados, generando pérdidas económicas en la agricultura (Moreno et al., 2012).

       Las investigaciones todavía son limitadas por lo que serán necesarios más estudios sobre las micotoxinas producidas para comprender sus efectos (Hernandez-Ramirez et al., 2021). Entre ellas se destacan como las más estudiadas: Alternariol, Éter monometílico de alternariol , Ácido tenuazónico, Altertoxinas, y Tentoxina.

Figura 3. a) Alternariol b) Éter monometílico de alternariol c) Acido Tenuazonico  d) Altertoxina  e) Tentoxina

Alternariol (AOH) y Éter monometilico de alternariol (AME)

  • Efectos: se ha demostrado que estas micotoxinas  tienen propiedades mutagénicas, carcinogénicas y citotóxicas en cultivos celulares.
  • Impacto en la salud: su consumo se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de esófago, además de inhibir la producción de progesterona (P4), lo que altera el ciclo reproductivo en cerdos y otras especies de mamíferos (Tiemann et al., 2009).

Ácido tenuazónico (TeA)

  • Efectos: es un derivado del ácido tetrámico. Se ha observado que puede provocar hemorragias en órganos de  ratones, pollos y perros, expuestos a dosis altas (Pinto et al., 2007).
  • Mecanismo de toxicidad: se asocia con la inhibición de la síntesis de proteínas y alteraciones en la mucosa esofágica.

Altertoxinas (ATX)

  • Efectos: presentan una actividad mutagénica y genotóxica más potente que el Alternariol o el eter monometilico de alternariol.
  • Moléculas destacadas: Alterotoxina I, II y III (ATX-I, ATX-II y ATX-III)
  • Absorción y toxicidad: la ATX-I puede ser absorbida por el lumen intestinal y alcanzar la circulación sanguínea, generando efectos sistémicos. En cambio, la ATX-II tiene una absorción intestinal más lenta y actúa principalmente a nivel del tracto digestivo (Fleck et al., 2014).
  • Alimentos contaminados: se ha detectado ATX-I en sorgo, trigo, manzanas y oleaginosas.

Conclusiones

Las micotoxinas producidas por Alternaria abarcan una amplia variedad de compuestos considerados micotoxinas emergentes, las cuales no son controladas de forma rutinaria y carecen de una legislación específica. La creciente prevalencia de Alternaria y sus toxinas plantea desafíos significativos, especialmente bajo el contexto del cambio climático, que podría aumentar su impacto en la alimentación animal, la salud pública y la seguridad alimentaria. Es esencial seguir investigando para mejorar las estrategias de prevención y mitigación, y conseguir una mejora continua en la producción animal, garantizando además la seguridad alimentaria.